Por el Padre Ignacio Larranaga
Hemos sido colocados en el jardin de la vida para saborear la existencia como un privilegio unico. Sin embargo, el sufrimiento, con sus mil formas y maneras, nos hace abortar, una y otra vez, el dorado ensueno de la dicha.
Quisiera que este nuevo libro fuese ritmo y fragancia para el lector...
No pretendo el sueno imposible de eliminar de raiz las penas de la vida. Pero si deseo mitigarlas, arrancar algunas espinas, sanar algunas heridas, enjugar muchas lagrimas a fin de que el lector pueda sentarse por fin a la sombra fresca de la arboleda para respirar, dormir, sonar.
Tapa Blanda de Papel